Consejos para frenar las
llamadas de atención de nuestros hijos en tiempos de confinamiento
1-. Prestar atención individualizada a cada hijo en función de las
necesidades de cada uno (hablarlo de manera clara con ellos). Es
importante pasar tiempo (aunque este tiempo sea únicamente 5 minutos) a solas,
si la situación lo permite, con cada uno. Este tiempo tiene que ser a solas con
cada hijo y sin exigencias, un momento de disfrute mutuo y juego libre.
2-. Preparar un espacio físico para cada uno de nuestros hijos, en la medida de lo posible en igualdad
de condiciones, pero haciendo mucho hincapié y respetando las necesidades de
cada uno de ellos en función de las demandas escolares y responsabilidad en
función de las edades. De esta manera, ellos sentirán que dentro de su hogar
tienen su lugar.
3-. Trabajar las emociones, adultos y pequeños. En
el blog hay tarea voluntaria para las familias aprovechando el momento en el
que nos encontramos. Es un Diario Emocional, en el blog se indica cómo
realizarlo, su utilidad como recurso y vehículo para identificar y gestionar
las emociones. Los adultos también deben reconocer lo que están sintiendo en
estos momentos, respirar, reflexionar y siempre guiar las situaciones con el
sentido común y el resto, independientemente de los motivos que tengan nuestros
hijos.
4-. Saber actuar en los momentos difíciles. Nadie nos ha enseñado cómo gestionar una
situación como la que estamos viviendo, así que el primer paso, es aceptar y
pedir ayuda. Las peleas entre hermanos son absolutamente normales, más ahora,
cuando la situación actual no nos permite encontrar nuestro espacio fuera de
nuestras cuatro paredes. Si se dan situaciones intensas entre los hermanos,
necesitamos dar nuestro apoyo para ayudarles a solventarlas y aprovechar para
fortalecer su relación. Dejaremos que hablen, tomen decisiones, se relacionen,
y después dialogaremos con ellos de manera tranquila sobre lo que ha sucedido,
importante, sin juicios ni etiquetas, escuchando atentamente todas las
versiones, ofreciendo apoyos a todos por igual, ayudando a buscar soluciones y
permitiéndole la expresión de cómo se sienten y de aquello que necesitan.
5-. Interesarse
por lo que están haciendo, implicarse en lo que les piden y elogiar y felicitar
cuando se lo merecen. Darles mucho CARIÑO.
6. Buscar un tiempo de JUEGO COMPARTIDO para toda la familia.
Hacerles
ver que todos juntos también pueden pasarlo bien y divertirse.
7-. Ignorar conductas
inadecuadas, siempre que sea posible hacerlo, de
manera que vean que se les atiende mucho más cuando actúan de manera adecuada.
Para
ello, ante la presencia de llamadas de
atención como gritos, rabietas, celos y la rivalidad entre los hermanos,
intentaremos actuar de las siguientes maneras:
- Retirada de la atención: Se trata de que, ante
las manifestaciones de gritos, rabietas u otros, dejemos automáticamente de prestar atención al niño. Este modo de
actuar se justifica bajo la hipótesis de que el niño realiza tales
manifestaciones para reivindicar ciertas demandas o llamar la atención del
adulto. El niño puede estar acostumbrado a conseguir lo que desea mediante este
comportamiento (se estaría produciendo un refuerzo positivo). Así, puede haber
aprendido que si efectúa cualquier petición acompañada de lloros o pataletas,
la atención de los padres es mucho mayor y es atendido antes en sus peticiones.
Esto llega a convertirse en un hábito que genera cierto malestar en la familia.
Antes de poner en marcha esta técnica, hay que analizar la situación con
tranquilidad y verificar que se está produciendo realmente la conducta del niño
por la supuesta demanda de atención. Para ello podemos valorar como
reaccionamos nosotros ante la demanda, en qué momentos sucede y qué es lo que
ocurre. ¿Le presta la atención y el
tiempo que necesita el niño? ¿Normalmente cede ante sus demandas? ¿Se dirige
con frecuencia a él cuando se porta "bien" para decírselo y premiarlo
o sólo lo hace cuando lo castiga? Los episodios
de rabietas, desobediencia, etc. son en gran medida aprendidos, por lo que
podemos actuar para realizar su desaprendizaje.
Recordad que esta
técnica no es aplicable en conductas que cursen con fuerte agresividad verbal o
física, con episodios de lanzamientos de objetos o, en general, para aquellos
comportamientos que signifiquen peligro potencial para el niño u otros.
Peeeroo… ¿Cómo lo hacemos? Quizás sea esto lo que
más nos preocupe. Así que, a continuación se expone de manera clara y sencilla
aquello que debemos tener en cuenta para poder aplicar de manera adecuada la
técnica.
1-.
Objetivo: tenemos que tener siempre presente que el objetivo es
enseñar al niño que realizando las peticiones de forma inadecuada no va a
conseguir nada.
2-.
Método: saber que la hipótesis que justifica la técnica es la siguiente: si retiramos la atención que prestamos a nuestro hijo inmediatamente después
de la aparición de las respuestas inadecuadas, éstas tenderán a desaparecer.
3-.
Forma:
-
Retirar
la atención inmediatamente evitando el contacto ocular o la
emisión de cualquier recriminación, palabra o gesto. Es decir, actuar como si
la conducta no estuviera ocurriendo. En casa, sería algo así como volverse de
espaldas o salir de la habitación o espacio donde se encuentre. Es
importante que el niño no vea al adulto alterado emocionalmente, debemos
transmitirle una sensación de que tenemos el control de la situación y que con
su actitud no va a conseguir nada. Debemos seguir sin dirigirle palabra y esperar
a que la situación se calme. Diríjale toda la atención cuando el niño se
tranquilice. Una vez calmado puede entonces intentar explicarle, y sin
recriminaciones, pero no olive hacerlo siempre en un to calmado. La idea no es transmitirle: "Te has
portado mal, y paso de ti", sino: "Puedes conseguir
algunas cosas si lo haces de otra forma".
- No debemos bajo ningún motivo manifestar reproche o advertirle de que no le vamos hacer caso por mucho que insista. De esta forma lo estamos retando a una discusión dialéctica y puede empeorar las cosas. Simplemente: No le diga nada. Sí puede decirle con una frase escueta y con voz lo más calmada posible que se siente triste y decepcionada/o...
- Una vez que la conducta empiece a bajar de intensidad puede progresivamente prestarle atención de nuevo.
- Cabe recordar que, se trata de una
técnica que produce efectos de mejora de manera progresiva por lo que nos
llevará cierto tiempo el conseguir resultados claros. Eso sí, debemos ser
constantes y firmes en su aplicación si queremos conseguir resultados
positivos.
Ánimo.
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